miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dedicado a los pingüinos de Dinamarca. Dadles un huevo ya.

  Hola, ¿qué tal las vacaciones? Tranquilos no espero una respuesta. 
  Y una vez de vuelta, he estado casi dos días devanándome los sesos sobre lo que iba a escribir. Y creedme no ha sido fácil, por un lado sigue coleando el caso Bárcenas, y digo coleando a falta de una expresión mejor, que ahora mismo no se me ocurre. Dentro de este poco embarullado caso, está la declaración de la Cospe & company, las "explicaciones del presi"... También está la gran evasión de la infanta... Todos estos temas han despertado mi interés tanto como mi aburrimiento.
  Pero una vez sentada y visto el periódico no pude evitar sentirme profundamente triste y ofendida por el artículo que hoy ha publicado El País. No por el artículo en sí evidentemente, sino más bien por lo que en él se decía; el señor Alain Delon daba su opinión sobre, supongo, el matrimonio gay aprobado en Francia. Lo hacía también, supongo desde el respeto, a todos. Digo supongo porque no sé francés no estuve en Francia de vacaciones (una lástima por otro lado) y por tanto no he visto la entrevista y de verla no la entendería. A lo que íbamos, me parece "normal" que alguien de su edad pueda no entender a los homosexuales, o que alguien que se ha ganado la vida "enamorando" a mujeres afirme que los hombres están para amar a las mujeres. El debate si los gays deben adoptar no creo que sea de su competencia, yo a título personal (que para eso éste es mi blog) diré que más vale que busquemos a personas buenas que sean capaces de amar y cuidar que no géneros y moldes cuadriculados y reglados, por que un niño es de todo menos eso, así que ¿por qué no podrían adoptar? por miedo a que el niñ@ en un futuro sea gay también, ¿y qué? ¿qué hay de malo en ser gay? O ¿por qué le pueda reportar algún trauma crecer querido pero con dos papás o dos mamás?, o claro es mejor que crezca solo en un centro sintiendo que no le importa a nadie, que no pertenece a nadie.  Por otro lado yo le diría al señor Delon que no usase el termino contra natura porque entre otras cosas en la naturaleza se da la homosexualidad, sino que se lo digan a los pingüinos del zoo creo que de Dinamarca. Tampoco es éste el tema, el caso es que me he sentido ofendida porque el señor Delon define a la mujer como el objeto del deseo de los hombres, ya ha quedado claro que no de las mujeres. Que somos esos bonitos artefactos que adornan la cocina u obstáculos que hay que bordear para salir de casa para ir de copas con los amigos o una extensión de la plancha o quizás el útero y posterior nodriza de sus hijos, todo por supuesto de una forma muy cristiana, pero en estos tiempos espero que también muy devaluada.