Todos tenemos en la mente que los alemanes son gente muy seria. Nos imaginamos al padre de familia sentado diciendo a sus criaturas que mantengan los codos fuera de la mesa, coman con la boca cerrada y no sorban la sopa, y aunque a muchos nuestros padres no alemanes nos lo decían de pequeños, nos imaginamos a los padres alemanes peinados con raya al lado el pelo aplastado con mucha gomina, con un tono tétrico y con los ojos muy abiertos, y mucho más efectivos. Así como era de esperar cuando salta un escándalo, educados como nos imaginamos que están en una disciplina rígida, por pudor, honor o coherencia dimiten de su cargo de ministro. Muchos ya sabréis que me refiero a la dimisión de la ministra de educación a la que le han retirado el doctorado por plagio, y aunque ella se defiende diciendo que es incierto y que recurrirá a los tribunales, dimite arropada por su presidenta (la tan querida por todas las economías débiles de Europa) Angela Merkel.
Ayer oí que dimite entre otras cosas por la presión social. Y eso es lo que me ha motivado a escribir este blog. "Presión social" que significa eso exactamente, que un pueblo se avergüenza de que alguien que le representa, como es el caso de un componente del gobierno de tu país, mienta, y consigue que ese malestar social se convierta en una dimisión. Y la pregunta es ¿qué ha hecho exactamente el pueblo alemán para conseguirlo? Es decir, de acuerdo supongo que lo que se cuestiona es la integridad de un político, es capaz de engañar para conseguir un doctorado, por lo que no podemos confiar en que no engañe para conseguir algo mayor. Hasta aquí entiendo perfectamente el razonamiento del pueblo alemán, un político que te representa, que gobierna tu devenir tiene que contar no solo con la confianza de la mayoría del ciudadano con derecho al voto, sino que por lo menos debería aspirar a representar también a aquellos que no los votaron, aun a sabiendas que las convicciones políticas son diferentes. Un ciudadano tiene el derecho a pensar que aunque lo que se haga no sea acorde con su condición política se hace pensando en el bien común y debe poder aferrase a esa premisa, cosa que se hace cuesta arriba cuando se descubre que esa persona en la que se deposita la confianza estafa en algo tan sencillo como en la redacción de un trabajo de tesis. A mi la explicación me sirve y en ese sentido sea verdad o no, (que la ministra hubiera plagiado su tesis siendo además ministra de educación) opino que ha hecho bien en dimitir.
Extrapolemos lo dicho al gobierno actual español, y con todo lo que ha pasado y ahora especificando en la persona de la ministra de sanidad, servicios sociales e igualdad vuelvo a preguntarme ¿qué ha hecho exactamente el pueblo alemán para conseguir la dimisión de su ministra de educación?, ¿presión social?
Querida Merkel creo que tu influencia solo afecta a nuestra prima de riesgo.
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