Antonia Gutiérrez Bueno fue la primera mujer a la que se le permitió acceder a la biblioteca nacional en 1837. Lo consiguió después de que la reina regente María Cristina accediera a su petición y estando en contra el director de la época Joaquín María Patiño. Se adujo falta de medios y de financiación para hacer posible el acceso a las mujeres, se ofrecía una sala en la planta inferior donde las mujeres pudieran gozar de intimidad, pero en la que el aforo no superaba las seis personas. Por suerte, la reina regente hizo más caso a un consejero que calificaba la prohibición de 1761 de precepto bárbaro, y en su informe el consejero real añadía que esta mitad del pueblo tiene todavía en España conventos donde encerrarse y no bibliotecas donde instruirse, y no solo permitió a la señora Antonia Gutiérrez la entrada si no a todas las que lo solicitasen, aunque fueran un número mayor de seis.
Antonia Gutiérrez en el momento de solicitar su admisión había escrito dos libros que habían sido publicados bajo seudónimo masculino, y cuyos ejemplares se podían consultar en la biblioteca nacional, si eras hombre.
A veces me levantó por la mañana y me preguntó cuánto realmente hemos avanzado.
Antonia Gutiérrez en el momento de solicitar su admisión había escrito dos libros que habían sido publicados bajo seudónimo masculino, y cuyos ejemplares se podían consultar en la biblioteca nacional, si eras hombre.
A veces me levantó por la mañana y me preguntó cuánto realmente hemos avanzado.
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