sábado, 26 de enero de 2013

Comulgar o no comulgar

   Llegado el momento todo padre se tiene que hacer la misma pregunta. Enviamos el/la niñ@ a clases de religión. Normalmente no es un compromiso moral sino más bien social. Es decir, la mayoría, no vamos a misa los domingos, no comulgamos y mucho menos confesamos nuestros pecados a uno supuestamente superior a nosotros, que tiene el deber de ejercer como juez, jurado y verdugo, si hiciese falta,  en nombre de alguien cuya existencia no es tangible. Pero por supuesto mandamos a los pequeños para que sean adoctrinados en la religión en la que fueron adoctrinados nuestros padres y nosotros mismos. España no es un estado laico, por mucho que lo ponga en la constitución. Y no es que sea atea, solo que de creer en Dios todopoderoso no sería en uno que elige entre sus representantes a hombres que distorsionan realidades a su conveniencia. Además hasta que alguien me diga cual es el verdadero Dios no sabré que doctrina seguir. Pero estoy dando rodeos a lo que realmente quería comentar. Parece ser que estamos en la época de recortes, se recorta en sanidad (un tema también truculento que comentare en otro post,¡viva la marea blanca!), se abarata el despido (y el paro sigue creciendo), se recorta en investigación (que nuestros hijos se acostumbren a comer poco, porque a ver de que van a trabajar en el futuro sino apostamos por crear una industria fuerte y puntera) y también se recorta por supuesto en educación (que es a donde quería llegar).
   Se despiden interinos, se aumentan horas de docencia, se les baja el sueldo y sobretodo se reduce becas, todo en nombre de la crisis, yo me preguntó; ¿para qué salir de ella?, la clase media dejará de existir porque no podrán pagar una educación aceptable para sus hijos, esos hijos de un trabajador normal no podrán acceder a la universidad, además su educación (pública) habrá sido deficiente, así que en un futuro que para mí es probable solo existirán los proletariados y los hijos de papá, por lo que en realidad solo unos pocos saldrán realmente de la crisis. 
 . Sé que el discurso es populista y exagerado (o eso espero) pero es que en mi defensa tengo que decir que mis hijos no irán a religión, y mientras si su profesora de matemáticas se pone enferma no llamarán a un suplente y dedicará esa hora a tirar avioncitos a sus compañeros, el gobierno regional gallego aumenta ligeramente la partida presupuestaria de profesores de religión de primaria y secundaria, o sea que los profesores de religión volverán a ser unos privilegiados entre el colectivo docente, sin aulas masificadas. El dinero destinado a la enseñanza religiosa supera al presupuestado para bibliotecas, comedores y, como no, el presupuestado para el fomento del gallego.
   Se recorta en docentes y los de religión, que no son funcionarios, conservan un número similar. También tengo que decir que no es solo la religión la única privilegiada (a mi entender sin merecerlo), también lo son los asesores de la Conselleria de educación y los centros de FP concertados o privados (incluso los que segregan por sexo, a pesar de que el Supremo se pronuncia en contra) porque no sufren los recortes. 
  Terminó con una pregunta ¿por qué cuando una asignatura es fácil de superar se la denomina María? Es algo también religioso.

sábado, 19 de enero de 2013

¿Quién es más mono?


He leído en el ElPaís (dirección http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/14/actualidad/1358187460_423029.html) un artículo: “Los chimpancés muestran un sentido de la justicia similar al de los niños”. Y obviamente me ha parecido interesante. El artículo hace referencia a otro publicado en la revista científica PANS; título “Chimpanzees play the ultimate game”, autores Darby Proctor, Rebecca A. Williamson, Frans B. M. de Waal, and Sarah F. Brosnan. Y como cabría esperar está en inglés, idioma que como el resto de españoles domino a nivel medio usuario, vamos que a la tercera frase ya me había cansado de buscar en el diccionario y opté por creerme el resumen que hacen en el Elpais.
Además lo importante no es el cómo sino a la conclusión a la que llegan. Y es que los chimpancés tienen un sentido de la justicia similar al de los niños, como bien reza el título del artículo, y diréis hasta aquí otra brillante entrada del blog… ¿Y no os preguntáis por los chistes?
Está bien, parece ser que se puso a los chimpancés y a un grupo de niños de entre dos y siete años a prueba, en un juego basado en Ultimate game, muy americano suena. Que consistía en ofrecerle un premio a un chimpancé/niño, pero para conseguirlo necesita de un compañero, así que debe repartir el premio con él, en la proporción que decida el primer sujeto. Se demostró que si el compañero tenía un enfoque activo en la consecución del premio el primer individuo era ecuánime en la repartición, pero si para la obtención del premio era pasiva entonces el primer individuo se quedaba con la porción más grande del premio. Así mismo se descubrió que si el primer individuo podía elegir en la mayoría de los casos, elegía la segunda modalidad del juego donde la participación del compañero es más pasiva, y por tanto el premio mayor para él. Y este comportamiento era similar en los dos grupos de estudio los chimpancés y los niños.
Y aquí viene la gran diferencia mientras los chimpancés no desarrollan este sentido de la justicia más allá, algunos de los niños (humanos) de dos a siete años tienen el dudoso placer de crecer. Así pues se convierten en concejales de urbanismo o bien deciden ser alcaldes de ayuntamiento que tienen en su poder la recalificación de los terrenos, y deciden ser el compañero preferiblemente necesario para conseguir el premio. Aunque en esta modalidad del juego Ultimate game dudo que los chimpancés sean precisamente los promotores urbanísticos con casa de entre dos y siete millones de euros. Si alguien debe representar a los simios en tal caso seríamos nosotros que aun encima pagamos hipotecas millonarias para que ahora con la crisis se la queden los bancos, otros que tal bailan, me pregunto si Rato entra dentro del grupo de los individuos o de los compañeros. Aunque supongo que depende del cristal con el que se mire, vamos, Bankia juega el papel de compañero en cuanto el gobierno reparte con él el dinero de todos, y el de individuo cuando salió a bolsa dejando que sus clientes ahorradores como nosotros compraran acciones para luego tener hojas donde sus hijos pequeños pudieran pintar, ya que dudo que valgan para otra cosa.

sábado, 12 de enero de 2013

Soy mayor de edad


Hubo un tiempo en que nos preguntábamos si el hecho de que los nuevos consortes de la siguiente generación del rey estarían a la altura de la aristocracia, o si por el contrario nos pondrían en evidencia. Bueno llegado a este punto seguro que nadie ya lo duda. No veo grandes diferencias, Urdangarin es un ejemplo vivo de que llegar de la nada y hacerse a sí mismo no significa que no puedas adaptarte a tu entorno y comiences a creerte un ser no solo privilegiado (que sin duda es cierto) sino además por encima del resto de los mortales. Así que como buena persona, que no dudo que sea, se aprovechó de ello. Y ahora nos entretienen con amenazas veladas de su socio para hacer presión a la institución que es la monarquía, y que las influencias del duque apelen por ambas almas corrompidas, supongo. No veo mucha tele realidad últimamente, pero lo último que escuche fue defender y atacar a la reina por darles al matrimonio Urdangarin su apoyo velado dejándose fotografiar con ellos de forma distendida. Y yo me preguntó por qué. ¿Qué me importa a mí los asuntos que no dejan de ser familiares? Y, sí, estoy de acuerdo que deben representar, los reyes, a todos los españoles y que cuando nos estafan, porque nos han estafado a todos al apropiarse de dinero público, ellos que son nuestros representantes deberían torcer cuanto menos el gesto en público y en privado en nuestra defensa por muy hija que sea. Pero, ¿realmente nos sorprende que haya un apoyo encubierto de cierto sector familiar y público? Al fin y al cabo hemos vivido como en pre-campaña electoral se apoyaba y se dejaba presentar a las elecciones a gente imputada como el señor Camps, o como el señor Fabra campa a sus anchas en la comunidad valenciana como si fuera el patio de su casa, y aun así los votamos y siguen saliendo elegidos. También hemos asistido a las peleas de niños del gobierno de Madrid, llegando estas peleas a la altura de thrillers con espías y conspiraciones, que siempre acaban en desmentidos y en alguna petición de dimisión donde pocos son los que dimiten y nunca los que deberían dimitir.
Como gallega que soy no olvido el caciquismo que se vive desde que tengo memoria en Galicia, donde cuando alcancé la mayoría de edad ejercí mi derecho y mi deber al voto y después me lleve el shock de la decepción, y no porque a los que yo había votado perdieran, que era algo que había asumido. Sino por el hecho de darme cuenta que mi voto no valía frente a los autobuses que ponían a disposición de aquellas personas, mayores casi todas, que vivían en aldeas remotas para que fueran a votar. Y me parecería genial que les facilitaran el voto, sino fuera porque el sobre ya se lo entregaban cerrado y con la papeleta dentro. O el censo de extranjeros en el que aparecían nombres de personas ya difuntas y que aun así votaban por el partido de siempre. Así mi sueño por alcanzar la mayoría de edad y poder votar (y ya han pasado unos años desde entonces) se difuminó. Por lo menos me quedó el consuelo de que tenía libre acceso al alcohol.
Y podría estar todo la tarde, con financiaciones ilegales, casos pokemon, listas de amiguitos… Así que si miramos para otro lado cuando somos nosotros los que decidimos, porque damos pataletas cuando otros que han sido puestos a dedo se aprovechan de su puesto.

domingo, 6 de enero de 2013

Yo soy como Herodes


Supongo que lo primero que debería hacer es felicitar el año nuevo. ¡Felicidades!
Si os habéis pasado con el pavo, no os preocupéis, que aún queda el roscón de reyes. Así que aplazar una semana más la dieta, porque saltársela es peor y puede que vuestro rey mago preferido os catalogue como malos por eso.

Pensando en los hechos que nos vuelven malos o no, he recordado al muy respetable obispo Demetrio Fernández, el pecado no deja de ser curioso, sobre todo cuando necesitamos que sea otro el que nos indique que lo es.
En su última carta arremete de nuevo contra los gay y el aborto, algo que no solo es normal, sino su trabajo. Así que no hay nada en ello que nos debiera sorprender. Pero me sigue chirriando su razonamiento. Hablan de naturaleza, que ya no es ésta la que determina el género de un individuo sino que es elegido por nosotros, actuamos con libre albedrío  seleccionando la pareja que nos haga feliz, el modo de vivir nuestra vida y cuando es el momento en el que, conscientes de las responsabilidades que implica, somos padres. Usamos condones y disfrutamos del sexo, esto último muy poco natural. Todo esto no deja de ser repetitivo y dañino.
Yo soy más de aquello que se dice por los paganos; vive y deja vivir. Ya sabes no creo que la inquisición que tenía una doctrina pulcra y muy cristiana fuera de mi estilo habría que preguntarle al señor Demetrio Fernández. Ya que los que opinamos que la tolerancia hacía otras religiones o la falta de ella es en sí misma una buena filosofía de vida, somos comparados a Herodes, aquel buen ser humano que mató a niños inocentes según la historia cristiana. Aunque bien mirado no sé si eso puede llamarse un insulto viniendo de aquellos que en nombre de dios comenzaron guerras, conquistaron países eliminando culturas y auspiciando genocidios y dictaduras solo por la conversión del pagano, al fin y al cabo salvaban su alma.
Sigamos escuchado la moralidad que nos imponen aquellos que creen que sobre la felicidad de las personas impera su “decencia”.